Y ojo que aunque la ego en la foto parece muy gorda, en la mano no es tan gorda, es bastante discreta, al lado de lo que llevo actualmente, lo que pasa es que la 510 es muy finita. Por eso se asemeja en tamaño a un cigarrillo analógico (como se denomina al cigarrillo normal).
En mi caso pesó más el tema de la potencia y sobre todo la autonomía. Con las 510 si vapeas mucho la batería te da para un par de horas tengo entendido, mientras que con una de las Ego tienes para la mañana entera y siempre tienes la otra cargada por si acaso.
La cosa estaba clara: Kit ego T con dos baterías dos cartuchos y un cargador y de regalo un bote de líquido sabor tabaco. Al pedido añadí otro bote de líquido de otro sabor, pero también tabaco y un estuche, como los de la PSP, jejeje.
Fijaos si ha cambiado el tema en 6 meses, que los cartuchos tank con los que me vino el kit apenas se ofertan. Ahora los kits vienen con clariconos o incluso vivinovas, que ya veremos más adelante lo que son. De hecho, si alguien está pensando en un kit, yo le recomiendo las minivivinovas antes que los clariconos, pero claro eso va a gustos, con las ego quedan más cucos los clariconos. Pero eso sí, el kit de dos baterías. Muy importante al principio tener siempre una bala en la recámara. Era lo que más me obsesionaba al principio, no quedarme sin batería, no quedarme sin líquido. Cualquier fallo de estos podía hacer que buscaras la solución fácil, el cigarrillo. Afortunadamente no me pasó nunca.
En fin, que localicé una tienda donde lo tenían a buen precio y tardó una semana en llegarme. Una inversión de 50€ iniciales, no llegaba. Lo que costaba un cartón de mi tabaco habitual poco más o menos. Total si no funcionaba la perdida era poca. Fijaos que es lo que costaba el cigarrillo de la farmacia.
Solo tocaba esperar a que llegara el artilugio para comprobar de una vez por todas si este invento funcionaba o no.
Lo sabremos en la próxima entrada...
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